Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de diciembre, 2018

Mundo interior

Presentir la inundación, el desbordamiento del mundo interior en el que buceamos libres. Y regresar al equilibrio, en la superficie, aunque de nuevo se haya enredado mi espíritu a tus huesos, aunque de nuevo sucumba a lo que es inevitable y siempre: este hambre de ti, dolor de hambre. *** Me ha visitado la muerte esta noche. Ha besado mis labios. Su sabor áspero es tu sabor, también. *** Los cuerpos siempre vuelven a la playa. Los arroja el mar a la orilla, buscando culpables,

Después de la herida

Hay temporadas en la vida en que los días y sus noches adelantan al cuerpo propio. La sangre se acelera y descarrila. Se desbocan los latidos y no hay tiempo de llorar siquiera. Cerrar los ojos. Respirar para que vuelva el equilibrio y así ahuyentar el vértigo. Aovillarse en el regazo de la madre, y dormir hasta que vuelva el sol y la cordura. *** Temblaba. Solo intuir su sombra activaba resortes secretos. Ella no había olvidado esa sensación de absoluta consciencia de su cuerpo entero: desde el nacimiento del cabello hasta los dedos de los pies lo sentía, desde dentro. Nadie al verlos, aquellos primeros años, fue capaz de distinguir un alma de la otra. Una sola luz. Un solo dolor. Pero hizo un pacto muy sólido con la nada. Prefirió dejarse morir con esa tranquilidad de las estatuas: la pasión bajo la piedra. *** No temo que me hieran. Temo cómo seré yo, después de la herida. *** La niña me dice que sus amigos no están: han ido a un cumpleaños. Pero la niña está aquí